El adorno de las tres virtudes

Santa Faustina KowalskaPara nuestro encuentro semanal en la red me gustaría comentar, del Diario de santa Faustina Kowalska, una frase que recibe directamente de Jesús: Que te adornen especialmente tres virtudes: humildad, pureza de intención y amor.

Piensa sobre ella un momento: ¿qué te dice, a qué te invita, cómo pueden cambiar estas tres virtudes tu vida?

Santa Faustina fue una monja polaca de la congregación de la Madre de Dios de la Misericordia y murió muy joven, con 33 años; su vida estuvo marcada por el sufrimiento y por las visiones místicas que recogió en un Diario. En esas revelaciones recibe de Jesús un mensaje para el mundo entero basado en la Divina misericordia; se convierte, de este modo, en Apóstol de la misericordia, como la llamaba san Juan Pablo II.

Volvamos ahora a la frase que encabeza nuestra reflexión semanal: Que te adornen especialmente tres virtudes: humildad, pureza de intención y amor. Imagina por un momento que en tu epitafio ponen esta frase; así me gustaría que pusieran en el mío. ¡Qué hermoso estar adornado por la humildad, la rectitud de intención, el amor! Muchos dirán que mejor estar rodeado por otras cosas: abundante dinero, fama, honores… ¿Y qué vas a llevarte a la vida eterna? ¿La exaltación de tu egoísmo? Es una pena si piensas así… Si consideras esta frase como una utopía, una simplicidad, una falta de realidad para nuestro tiempo, es que andas lejos todavía de la verdad. Abre tu corazón y piensa detenidamente en ello. ¡Me van a llamar loco, van a tratarme como a un tonto, no me van a tomar en serio si actúo así…! Tranquilo, antes que a ti, ya se lo dijeron a Jesús. Pero lo nuestro es ganar el cielo, ganar la vida eterna y qué mejor que hacerlo adornados por estas virtudes.

Ya sé que estas tres virtudes son poco valoradas en nuestro tiempo, que la humildad no está de moda, que siempre pensamos en intereses ocultos en el actuar ajeno (y si es el nuestro intentamos taparlo) y que del amor lo único que se nos ofrece a nivel social es un sucedáneo.

Precisamente por eso me ha parecido tan bonita y tan actual la frase. Y la frase la dice Jesús para ti que lees estas líneas: Que te adornen especialmente tres virtudes: humildad, pureza de intención y amor. Cuando se revela a santa Faustina, Jesús quiere seguidores, discípulos enteros, valientes, animosos, que no se avergüencen, que pongan a Dios por encima de todo lo demás.

La humildad nos hace reconocer nuestra condición de criaturas e hijos de Dios, pecadores, que necesitamos de su amor para poder hacer el bien. La pureza de intención nos ayuda a ser veraces en nuestro obrar, a no caer en fariseísmos, a que otros puedan confiar en nuestra palabra porque nuestro obrar nos avala. Y el amor nos permite ver a los demás como Dios mismo los ve, es decir, con una mirada de misericordia.

La humildad nos ayuda a apoyarnos en la fuerza de la oración para confiar en el otro. La pureza de intención nos permite sonreír a los demás cuando nos confiesan sus sufrimientos y penas y saben que no les defraudaremos. El amor nos estimula a practicar nuestra fe con obras y a no dejarla abandonada en el banco de la Iglesia cuando salimos de la Misa del domingo.

La humildad hace que descubramos la verdad, a Jesucristo. La rectitud de intención hace que nos comportemos como el maestro, como Jesucristo, que le tomemos como el camino a seguir. El amor nos abre a la vida plena, la que viene de Dios y nos ha revelado Jesucristo.
Estar adornados por la humildad, la pureza de intención y el amor es reconocer a Jesús como nuestro camino, verdad y vida.

Que te adornen estas tres virtudes, que te adorne el mismo Jesucristo.